Y seguimos...Una mañana con mucha fuerza... Ánimos renovados, buenas tomas, sensaciones increíbles... La cosa funcionó bien... Parecía que los espíritus de las camisetas nos poseían, pero llegó la tarde, os cuento...
Todo iba bien, pero de repente desapareció de los oídos el grave del Fender del bajo... El desconcierto, la desconcentración y la nada se cernía sobre el sueño... Y la verdad es que se cumplió el dicho popular, "no hay mal que por bien no venga"... el Marshall de bajo de los 70 clase A funcionó mejor, las guitarras volvieron al clásico Marshall Bluesbraker (denostado); y fluyeron los temas, y volvimos a creer en el sueño...
Así que el sueño Fat & Superb sigue vivo, y mañana por la mañana se acabará de cumplir... Las mejores tomas están aún por tocar, y por cantar...
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